20 Sep Domingo 22 de septiembre, proyección en Geldo de la película La tierra prometida
El próximo domingo 22 de septiembre, a las 18:30 horas, en el Palacio de los Duques de Medinaceli de Geldo se proyectará la película “La tierra prometida”, del director Nicolaj Arcel. El acto está organizado por la Asociación Cultural Torre Selda – Geldo y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Geldo y la Diputació de Castelló.
Sinopsis
A mediados del siglo XVIII, el rey danés Frederik V declaró que los brezales salvajes de Jutlandia debían ser cultivados y colonizados para que la civilización pudiera extenderse y se generaran nuevos impuestos para la casa real. Pero nadie se atrevió a seguir el decreto del rey. El páramo era un lugar inhóspito, lleno de bandidos y con una naturaleza brutal e implacable. Pero en 1755, el capitán Ludvig Kahlen se dispone a crear una colonia en nombre del rey. Sin embargo, el único gobernante de la zona, el despiadado Frederik de Schinkel, cree que esa tierra le pertenece.
Crítica de la película
Cultivar una patata en un campo árido en el que te han dicho por activa y por pasiva que nada va a poder sembrarse es un milagro. Necesita dedicación, cuidado, minuciosidad, errores, llantos y cruzar los dedos esperando que llegue a buen puerto. “La tierra prometida” es como esa patata: es fría y árida, cuenta ocho películas al mismo tiempo y el ritmo es peliagudo debido a su lentitud buscada. Pero funciona. Y, al igual que la patata, la película brota ante la adversidad dándonos de regalo un festín de buen cine.
El primer acercamiento a “La tierra prometida” puede dar pereza. Y es normal. La adaptación de la vida real de un soldado que decidió dedicarse a la siembra de patatas en la península de Jutlandia parece una receta perfecta para echarse la siesta, pero la película no te lo permite gracias a un guion que desgrana muy poco a poco a un personaje inexpresivo, duro, acostumbrado al sufrimiento, que sabe moverse como nadie entre la adversidad.
“La tierra prometida” es, de un primer vistazo, gélida e inexpresiva, igual que su protagonista. Pero al igual que este, siempre tiene capacidad de sorpresa. Los personajes tridimensionales y perfectamente definidos elevan cada una de las escenas, a los que se suma una dirección pausada y un guion medido que se niega a funcionar a base de golpes de efecto, sino aumentando de manera progresiva el rencor y las ansias de venganza, que hacen que sea inmensamente satisfactoria.