21 Nov Exposición «Caminos de tinta», de Emilio Clemente, en el restaurante Ambigú de Segorbe
Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre, el restaurante segorbino Ambigú acoge la exposición de caligrafía china «Caminos de tinta», del castellnovero Emilio Clemente.
Combinar gastronomía y arte, solo parece pensable en el diseño de los platos. Sin embargo, el arte como manifestación artística (pintura, grabado, fotografía, etc.) se marida perfectamente en el restaurante Ambigú.
Fernando, el propietario de este lugar recogido, de buena comida y mejor trato, decidió hace ya muchos años, rodear a los comensales con manifestaciones plásticas diversas, a veces tradicionales y otras, al menos, así se puede ver y entender, con propuestas poco conocidas y deslumbrantes.
Así sus paredes, desde octubre y hasta diciembre, se han llenado de un Camino de Tinta. Se trata de un acercamiento a la caligrafía china no como elemento de comunicación sino como muestra de la riqueza de esa escritura, de su originalidad y que permite observar, asombrarnos sin duda, un campo de expresión muy amplio, como indica su autor Emilio Clemente.
Descubrir es una manera de estar siempre en alerta, de posibilitar riquezas personales, lo que ocurrió al artista cuando se aproximó a la escuela de chino Ziran, ubicada en Altura, entidad que goza de gran prestigio y reconocimiento Allí dio sus primeras pinceladas. Y el calígrafo observó muchas posibilidades y, especialmente, una manera de expresar con los trazos sus sentimientos. Una caligrafía puede proyectar, también expresar, muchas emociones.
No estamos visualizando una moda. Los caracteres chinos se remontan a más de tres mil años. Se distinguen por ser escritos sin levantar el pincel del papel en absoluto, tan libre que a menudo supera el imaginario, y apenas legible, lo que provoca -como en él ha sucedido- crear su propio estilo, reflejo de su personalidad. Emilio, así lo piensa y lo transmite, nos deja sus estados de ánimo: fuerza, flexibilidad y “humor”, caracteres personales que se proyectan en estas obras.
En su caligrafía china utiliza papel, tinta y una gran variedad de pinceles o brochas. Contrariamente a lo que algunos puedan pensar, la elección de este último material no depende del estilo de trazo que se quiera practicar, sino del estado de ánimo del calígrafo. Tal vez por eso, Emilio ha propuesto en parte de sus obras, algo diferente a las palabras, sus círculos. Y son realmente subyugadores. Universo o/y vacío. Fuerza y elegancia. Son en estos cuatro ambientes donde se proyecta su creatividad; de un espacio simple, un mundo complejo.
Pincelada composición, estructura, tinta, … conforman un ritmo que muestran la belleza abstracta de las líneas. Es un acontecimiento acercarnos a esta iniciativa, porque seguro que se abren nuevos caminos…de arte.
Patxi Guerrero Carot (Dr. Historia Contemporánea)